Anoche mientras volvía de un fin de semana de ríos y piscinas naturales por Plasencia tuve un reventón de la rueda trasera izquierda, que con apenas 7.000 km de vida decidió darme un pequeño susto.
Así que por cuarta vez (creo) he cambiado una rueda, aunque la primera que se me revienta, ya con mi antiguo Peugeot 306 tuve al menos tres pinchazos, y la verdad hasta ahora mi nuevo Audi A4 rojo no me había dado ningún problema, y es que mis nuevas Michelin parece que no han sabido aguantar un poco más. Hoy me pasaré por el taller de confianza para que me cambien la rueda y me cuenten un poco más de este problema.
Ni que decir que la seguridad que aporta un buen vehículo es vital cuando suceden cosas así, porque la verdad es que el coche no perdió la estabilidad en ningún momento, solo un gran sonido como si una piedra golpease los bajos, y poco a poco se escuchaba cada vez más la rueda, temblando todo el coche y parando a los pocos segundo en el arcén de la Autovía de los Viñedos para cambiar la rueda, no sin algún problema con el gato y con un moratón en un dedo del píe al tratar de aflojar los tornillos.
Aún así hemos pasado un buen fin de semana y la cámara de fotos de mi padre ha hecho un buen servicio, incluso debajo del agua, aquí os dejos algunas fotos de esta nueva visita a tierras extremeñas, el resto de fotos solo están disponible para lo que hemos disfrutado de estas micro-vacaciones.
Ahh la nueva cámara de mi padre es la Olympus µ 1030SW, que realmente es increible contra golpes, caídas, acuática hasta 10 metros de profundidad, …
Actualización: Al final fue un clavo o algo similar, aquí lo teneís…