Llevo tiempo reflexionando sobre hacia dónde se dirige internet y siguiendo los comentarios de Javi López en Twitter X que no van nada desencaminados. Con cada nueva iteración de modelos de inteligencia artificial como Gemini, GPT-4o, Claude 3, Llama 3 o Grok, e incluso el prometedor Manus (y OpenManus), lo que antes parecía futurista ahora se está convirtiendo en una realidad imparable. Estamos entrando en una era en la que las páginas web tradicionales podrían dejar de tener sentido, las pequeñas empresas corren el riesgo de desaparecer y el control de la información estará completamente en manos de unas pocas megacorporaciones.
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Llevo años leyendo y hablando de estos cambios, y cada avance me reafirma más: si no hacemos algo, el internet libre que conocemos podría desvanecerse.
¿Adiós a las páginas web? La IA como única interfaz
Hasta ahora, la web ha sido el espacio donde se creaba y distribuía el conocimiento, donde los negocios podían competir con cierta igualdad de condiciones. Sin embargo, el modelo de acceso a la información está mutando radicalmente.
Hoy en día, cuando hacemos una búsqueda, esperamos recibir una lista de enlaces con páginas que contienen información relevante. Pero cada vez más, las IAs están eliminando ese paso intermedio y ofreciéndonos la respuesta directamente.
Si antes el SEO ya se estaba volviendo un juego de manipulación algorítmica, ahora la IA podría matar por completo la necesidad de visitar una web.
La tendencia es clara:
- Respuestas sin necesidad de enlaces
- Los modelos como Gemini o GPT-4o pueden darnos respuestas completas sin necesidad de que el usuario visite una fuente original.
- Generación de contenido en tiempo real
- En lugar de acceder a blogs o noticias, las IAs podrían crear artículos, resúmenes o análisis en cuestión de segundos.
- Interfaces personalizadas y adaptativas
- Ya no hará falta entrar a una tienda online. Simplemente pediremos lo que queremos y la IA nos mostrará la mejor opción sin que tengamos que buscarla.
Si las páginas web ya están perdiendo visibilidad, ¿qué sentido tendrán dentro de cinco años?
El problema real: el control absoluto de la información
Si las IAs controlan el acceso al conocimiento, surge un problema aún mayor: unas pocas empresas decidirán qué información es relevante y cuál no.
Google, OpenAI, Meta, Microsoft, Amazon y xAI están construyendo fosos defensivos imposibles de superar. Sus modelos de IA absorben y reinterpretan el contenido de la web, pero sin necesidad de redirigir tráfico a las fuentes originales.
Los riesgos de un internet sin webs
- Monopolización total de la información
- Si la IA es la única fuente de respuestas, lo que no esté en sus bases de datos simplemente no existirá.
- Censura y manipulación
- La información que recibamos dependerá de quién controle los modelos. Si un tema es inconveniente para una gran corporación o gobierno, simplemente puede desaparecer.
- Dependencia absoluta de los gigantes tecnológicos
- Sin una web abierta, los pequeños negocios, medios de comunicación o creadores de contenido tendrán que pagar para existir en la IA, consolidando aún más el poder de las grandes corporaciones.
Hemos visto cómo Google ha ido empujando su propio ecosistema a lo largo de los años, privilegiando sus servicios sobre los de terceros. Con la IA, esta tendencia se amplifica: la información que antes estaba distribuida entre miles de webs ahora estará centralizada en unas pocas entidades que operan estos modelos.
El fin de los pequeños: ¿qué pasará con los negocios digitales?
Si las búsquedas desaparecen y la IA domina el acceso a la información, los pequeños negocios digitales tienen los días contados.
- Las tiendas online perderán relevancia: La IA decidirá qué producto es el mejor y dónde comprarlo, sin necesidad de visitar tiendas pequeñas.
- Los creadores de contenido quedarán marginados: Si la IA genera análisis y noticias al instante, los blogs y medios pequeños serán irrelevantes.
- Las empresas sin capacidad de pago quedarán invisibles: Solo los que puedan negociar con los modelos de IA podrán aparecer en sus resultados.
Este escenario es preocupante porque cierra completamente la posibilidad de competir a los pequeños negocios. Antes, si tenías un buen producto y sabías posicionarte en Google, podías tener éxito. En el futuro, si la IA no te incluye en su «base de datos preferida», no existes.
Esto no es una exageración. Es exactamente lo que ya está ocurriendo con los asistentes de IA, los chatbots y los sistemas de búsqueda integrados en modelos de lenguaje.
¿Es el momento de una revolución digital?
Si queremos conservar la libertad en internet, debemos actuar antes de que sea demasiado tarde.
- Fomentar el desarrollo de IAs abiertas y descentralizadas
- Existen iniciativas como Mistral AI y Stability AI, que promueven modelos de código abierto. Hay que apoyarlas.
- Incentivar plataformas alternativas
- Necesitamos motores de búsqueda que no sean dependientes de Google y OpenAI, así como plataformas de contenido descentralizadas.
- Regular el acceso equitativo a la IA
- Si las grandes empresas monopolizan la IA, debería haber leyes que protejan el acceso a estos modelos para todos los negocios y creadores de contenido.
- Fortalecer la web abierta
- La mejor forma de luchar contra la centralización es seguir apoyando la creación de contenido en páginas web y redes descentralizadas.
¿Una nueva era digital o el fin de internet como lo conocemos?
Estamos al borde de un cambio irreversible en la forma en que accedemos a la información. Si la tendencia actual sigue, podríamos ver la desaparición de la web abierta y la consolidación de un internet donde solo los gigantes tecnológicos tienen poder.
Pero aún podemos hacer algo. No se trata solo de una cuestión tecnológica, sino de una batalla por la libertad y el acceso equitativo al conocimiento. Si no tomamos medidas ahora, en unos años podríamos estar viviendo en un mundo donde las decisiones de qué leer, qué comprar y qué aprender estén completamente en manos de unas pocas empresas.
¿Estamos listos para dejar que esto ocurra? Si queremos un futuro digital libre, ahora es el momento de actuar.