Elon Musk sigue en «órbita» y empresa SpaceX sigue revolucionando la aventura espacial. Su flota de satélites para proveer conexión Internet, StarLink, está creciendo muy rápido y ahora mismo ya suponen la mitad de todos los satélites activos en la órbita terrestre. Sin duda algo impresionante, una única empresa está haciendo historia y también generando más de un problema. En el momento de escribir estas líneas hay 3.660 satélites Starlink activos, de unos 7.300 satélites activo en órbita, según datos proporcionados en diversos medios por el astrónomo McDowell haciendo uso de datos de SpaceX y la Fuerza Espacial de los EEUU.
En apenas 4 años, desde 2019, las constelaciones de satélites de órbita baja están dominando el espacio exterior, ha llegado la industrialización masiva de la órbita baja, pero no sin problemas de todo tipo para gestionar todo esos objetos en movimiento, lo que suponen también para la exploración del espacio desde la tierra, etc.
SpaceX quiere que sus satélites Starlink ofrecan internet de banda ancha en cualquier parte del mundo por remota que sea. Pero también los astrónomos están advirtiendo que los satélites son objetos brillantes que pueden interferir en la exploración del espacio desde tierra. Entre los problemas que generan están rayas en las imágenes tomadas con telescopios cuando pasan por delante. Incluso se habla de que el Telescopio Espacial Hubble que está orbitando a más de 500 kilómetros también es vulnerable esas rayas en sus fotografías.
Quizás el problema con las fotografías y estos satélites no es grande, pero conforme aumente la constelación de Starlink y otras empresas la cosas se irá complicando. Ya en los inicios de Starlink hablaban de lanzar más de 12.000 satélites, que son 4 veces más que los desplegados hoy. Pero la realidad es que serán más empresas y más «aparatitos» volando sobre nuestras cabezas y que la cifra podría ser superior a 100.000 para la década del 2030.
Es necesario que se tomen medidas para abordar estas preocupaciones y garantizar que la exploración espacial se realice de manera segura y sostenible. Esto podría incluir la implementación de regulaciones internacionales que limiten la cantidad de satélites que una empresa puede lanzar y la órbita que pueden ocupar, así como medidas para garantizar la eliminación segura de los satélites en desuso y todo tipo de basura espacial que se genere.
En última instancia, es importante que la exploración espacial siga avanzando, pero no a expensas de la seguridad y la sostenibilidad. Con la colaboración y el compromiso de la comunidad científica y las empresas privadas, podemos asegurarnos de que el espacio siga siendo un lugar seguro y sostenible para las generaciones venideras.
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