En una reciente reflexión compartida por Matt, el fundador de WordPress, sobre el estado actual del empleo en el sector tecnológico, encontré puntos de discusión que resuenan profundamente con la realidad que vivimos hoy. Mientras informes como el de Bankinter hablan de los despidos en tecnología y el Washington Post se pregunta por qué las empresas tecnológicas están despidiendo trabajadores a pesar de un auge económico, Matt propone una perspectiva diferente, sugiriendo que no es el brillo de la industria tecnológica lo que se ha apagado, sino cómo su naturaleza intrínsecamente innovadora está redefiniendo el concepto de productividad y empleo.
Adopción de nuevas tecnologías y la productividad
Una de las observaciones más agudas que Matt comparte es cómo las empresas tecnológicas lideran la adopción de nuevas tecnologías, impulsando ganancias significativas en productividad. Esta no es una idea nueva, pero la velocidad con la que la IA y otras herramientas digitales se están integrando en nuestras vidas laborales sí lo es. La Inteligencia Artificial, en particular, promete revolucionar aún más nuestras formas de trabajar, aunque su impacto pleno todavía no se haya materializado completamente.
Durante los próximos años, o quizás meses, podamos empezar a ver el impacto real que tendrá la IA en nuestras vidas y en nuestros trabajos. En mi opinión no debemos pensar que esto será una cosa solo de empleos de tecnología, están por llegar los robots humanoides o no tanto que serán capaces de hacer muchas cosas que antes hacíamos con nuestras manos. A los hechos me remito con este robot de Boston Dynamics que podrá sustituir a humanos en la cadenas de montaje de la automoción, pero de este punto a que sean agricultores, jardineros, albañiles, pintores, … hay un paso mucho más pequeño del que podáis imaginar.
El impacto de equipos pequeños y la eficiencia
El ejemplo de Instagram, vendido por mil millones de dólares con solo 13 empleados, o WhatsApp, vendido por 19.000 millones y solo 32 ingenieros, ilustra perfectamente cómo equipos pequeños pueden generar un valor inmenso que muchas grandes corporaciones soñarían para ellas mismas. Esto nos lleva a reconsiderar nuestras estructuras laborales tradicionales y a valorar más la calidad del trabajo y la eficiencia que la cantidad de empleados.
La cultura y operación de las empresas tecnológicas
Las empresas tecnológicas operan de manera que serían irreconocibles para quienes están acostumbrados a ambientes laborales más tradicionales. En muchas empresas las comunicación interna no depende exclusivamente del correo electrónico, sino de herramientas como Slack, Rocket Chat, Telegram, WhatsApp, Discord, …, que viene a demostrar que es posible trabajar de manera efectiva sin hacer uso de métodos tradicionales.
En el caso de Automattic comenta Matt que hacen un gran uso de herramientas como Slack y P2. Nosotros en Stackscale también hacemos uso de Slack como una forma muy eficaz de comunicación incluso para el día a día con clientes de infraestructura.
Capitalismo y eficiencia
La reflexión sobre cómo el capitalismo fomenta la eficiencia para servir mejor a los clientes es particularmente provocativa, unida a la hiperautomatización de las cosas a la que no hemos habituado. No siempre un agente humano tiene que atender a un cliente para hacerlo bien y resolver sus dudas o problemas, ¿no os parece?.
Matt argumenta que no hay honor en mantener empleos ineficientes y que es preferible que las personas encuentren dónde su talento pueden ser mejor aprovechado. Este enfoque pragmático hacia la eficiencia laboral y el impacto social del capitalismo abre un interesante debate sobre cómo equilibrar los beneficios económicos con la responsabilidad social. Pero sin olvidar que al final creamos empresas para ganar dinero, además de dar un buen servicio, tener empleados fieles y contentos, etc.
Hacia un futuro más equitativo
Finalmente, la discusión sobre la Renta Básica Universal como una posible solución para asegurar que el progreso tecnológico beneficie a todos es un llamado a reflexionar sobre nuestras responsabilidades colectivas en la era digital. La idea de que «el progreso tecnológico crea abundancia» nos desafía a pensar en cómo distribuir esa abundancia de manera justa.
En mi blog, estas reflexiones nos invitan a dialogar sobre cómo podemos construir un futuro tecnológico que no solo sea innovador sino también inclusivo y justo. La transición hacia un mercado laboral más eficiente y tecnológicamente avanzado ofrece tanto oportunidades como desafíos. Debemos preguntarnos cómo podemos asegurar que todos tengan un lugar en este nuevo mundo y cómo la tecnología puede servir no solo a unos pocos, sino a toda la sociedad.