Después de cinco días en Laussane (Suiza) y alrededores, me ha dado tiempo a ver cómo son los suizos y suizas. Me ha sorprendido, y mucho, su extrema amabilidad y también lo correctos que son para todo. Extremos que no entendemos en España, como el de llegar a comprar unas pizzas al DominoPizza y que nos digan que son las 22:10 y que a partir de las 22:00 solo sirven a domicilio. Totalmente inflexibles, las normas son las normas. Y el caso es que me gusta que las cosas se hagan bien, y en Suiza se lleva al extremo. Vamos, que la puntualidad de los relojes suizos se aplica de verdad.
Moverse por Suiza es fácil y apelan a la ética de los ciudadanos. Nadie te controla cuando subes o bajas del tren, del metro o del autobús y, aunque nos cueste creerlo, todo el mundo paga sus abonos y billetes para viajar. Suiza es muy seguro. Suiza son paisajes que te dejan sin respiración. Suiza es silencio y tranquilidad. Aunque como dicen nuestros amigos que viven allí, lo único que les falta son cosas como un sistema de salud más accesible y barato. Si aún no habéis ido a Suiza, no tenéis que dejar pasar la oportunidad. Yo, quiero repetir.
Pero todo no podía ser bonito en el viaje. Al volver me he encontrado con los datos de mi móvil con Movistar cortados. Según ellos, porque el gasto en datos asciende a más de 400 euros. Empiezo por decir que los pago, pero que restauren los datos porque los necesito para trabajar. De hecho, estoy pagando los datos de España y aun así me mantienen el servicio cortado. Llegado a esta punto, me queda claro que Movistar miente a sus clientes y en mi caso por partida múltiple: